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22/11/20

 LA SEGUNDA PRIMAVERA POLÍTICA Y SOCIAL EN GUATEMALA.

Foto yahoo.finanzas

Siendo Embajador de Chile en Guatemala (2014-2018), el primer mapuche en ejercer un cargo diplomático de esta magnitud nombrado por la entonces presidenta Bachelet, fui testigo directo de un complejo proceso político en esa nación hermana, poblada mayoritariamente por pueblos originarios de origen maya (54%). Esto es, una grave crisis política que en medio de una campaña presidencial desató grandes movilizaciones ciudadanas en todas las ciudades de ese país, en protesta por la carestía de la vida, la desconfianza hacia los partidos políticos y la lucha contra la corrupción institucional de larga data. Naciones Unidas había logrado, después de diversos intentos, instalar una comisión investigadora, la CICIG (comisión internacional contra la impunidad en Guatemala), a cargo de un prestigioso abogado colombiano, Iván Velásquez, quien junto a un equipo de profesionales de diversos países  -entre ellos, Chile- y con importantes facultades, logró destapar situaciones increíbles  y sus informes permitieron la investigación, detención y condena de diversas autoridades que desde el año 2006 estaban severamente comprometidas en situaciones más que irregulares. La CICIG combatió también los carteles del narcotráfico y abusos empresariales e institucionales. Fue una institución única en su género, que logró recuperar la confianza ciudadana en las instituciones de Guatemala. Con costos, por cierto, pues finalmente en el año 2109 y después de algunos intentos fallidos, el gobierno del presidente Morales declaró a Velásquez, persona non grata y cerraron las dependencias de esta gran comisión investigadora, a las puertas de una nueva elección presidencial.

El pueblo de Guatemala sabe desde los tiempos de los acuerdos de paz, luego de una cruenta y prolongada guerra civil, que ningún gobierno ha logrado establecer tiempos de paz y de superación de los grandes y graves problemas de la nación: analfabetismo, pobreza, falta de oportunidades, desigualdades e inequidades. Ha habido algunos avances, como es lógico, pero sin mayores relevancia.

El 16 de junio del 2019 se realizó una nueva elección presidencial. La gran mayoría de los ciudadanos no tenía grandes expectativas. El presidente Alejandro Giammattei, conservador, fue electo con el 58,1%. Su contendiente más cercana, Sandra Torres,  de inspiración socialdemócrata alcanzó el 41,8%. En tan solo 15 meses se incubó una crisis política que nuevamente desató una crisis social: el parlamento recortó el presupuesto de importantes políticas sociales y este dato, más una crisis política en el gobierno, arrastró en estas últimas horas una “segunda primavera” social guatemalteca con multitudes en las calles y plazas que conmovieron al país. Como resultado de esta crisis, el Vicepresidente de la nación ha solicitado la renuncia del presidente. El parlamento se ha dividido y en horas recientes, el Congreso nacional  fue ocupado por cientos de manifestantes e incendiaron parte importante de su histórico recinto. En las calles de la capital hubo una fuerte represión y todo indica que esta crisis se mantendrá latente.

Recorre el continente una marea de desencanto social: los partidos políticos, todos, están cuestionados. Las instituciones responden con retardo y no siempre adecuadamente. Las demandas sociales son crecientes; también el hastío popular. La gente está cansada con los abusos de todo tipo. Estos son, en parte fundamental, los componentes de un proceso crítico que erupciona como los volcanes.

Foto Ap Noticias Perú


 DOMINGO NAMUNCURA

Trabajador Social

Ex Embajador de Chile en Guatemala (2014-2018)

 22 de noviembre 2020


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